domingo, 18 de mayo de 2014

Los Tres (Cuatro) Imperdibles - Parte 2 de 3: Le Bistrot

oh là là, le foie gras.

Hace tres años ya, y muy en consecuencia con mis intereses, me propuse que ya era tiempo de ir a conocer Europa. Como turista, conociendo sus atracciones principales, nada muy complejo. Pero sí había un tema en particular que tenía las ganas de conocer lo más posible: su comida.

La gastronomía dice mucho del lugar en el que uno está. Una forma particular de aplicar el "eres lo que comes". El clima, los productos disponibles, la forma de vida de un pueblo, a lo largo de los años va dejando su huella en lo que eventualmente llega a sus mesas. 

Es por esta forma de entender la relación lugar-habitante-comida que termino admirando en el campo de la comida a los franceses. Su creatividad fue clave a la hora de inventar nuevas preparaciones, y su sello a nivel mundial es innegable.

Pero hasta hace unos tres años, no tenía la menor idea sobre qué estábamos hablando cuando hablábamos de platos típicos franceses, ni había ido a un restaurant francés en mi perra vida.

* * *

Cada vez que programo un viaje, en esa infernal planilla excel que quizás algunos de mi lectores habrán tenido la suerte/desdicha de ver, siempre hay una hoja de cálculo que detalla la comida imperdible, esos bocados que uno debe hacer el esfuerzo por no omitir estando allá. Esa tarea normalmente viene acompañada por investigar aquí en Chile si hay algunos de esos platos disponibles y probarlos con anticipación, con el fin didáctico de poder saber si tal o cual cosa la preparan más rica cerca de casa o al otro lado del mundo. 

Para el caso europeo, se volvió claro tras unos meses de investigación que el país con más tradicionales imperdibles era Francia. Y comenzó la búsqueda por un lugar donde aprender.

* * *

Y gracias a una tincada, conocimos el proyecto del chef Gaetan Eonet.

En Francia existen varios nombres para designar un establecimiento donde se va a comer. De más "formal" a "menos formal": restaurant, brasserie, bistrot o café. Es el tecero el que da nombre a este excelente establecimiento, instalado dentro de ese oasis urbano que es el interior de la manzana entre las calles Sta. Magdalena, Andrés Bello, Ricardo Lyon y Providencia. Eso si, lo he sentido siempre más una brasserie que un bistrot, pero se llama Le Bistrot :/

Reservamos una mesa para un sábado en la noche. Una pequeña mesa para dos, en medio del salón interior, y abrimos la carta. Primera grata sorpresa, los precios no estaban tan caros (como otros restaurantes vecinos) y existía una variedad importante. Todo indicaba que no sería fácil aburrirse en este local.

Llegaron unos bollitos de pan, tibios y crujientes, más un par de pocillos con mantequilla y paté. Todo muy rico. 

Adelantando un poco el final, y ya que todo lo que se escribe debe ser verdad, hemos vuelto tantas veces que confundo qué cosas ordenamos esa primera vez. Quizás fue el confit de canard, la tablita de quesos franceses, el paté de la casa, la pechuga de pato, o el foie gras, la ensalada con queso camembert apanado, la olla de choritos con papas fritas, la tartaleta de cebolla, el omelette, los caracoles, o el delicioso postre de chocolate "la follie du chef". Acompañado siempre por un buen vino blanco, o quizás unas cervezas galas. 

Absolutamente todo rico, bien preparado y bien presentado.

Pero esa primera noche no fue la exquisita comida o la grata decoración lo más inolvidable de la noche. Fue poder contemplar al chef y dueño, monsieur Gaetan Eonet, parado en medio del restaurant, dirigiendo la toma de pedidos, la salida de los platos, el ritmo de la cocina y de los mozos, como un riguroso director de orquesta, o un magnífico jugador de ajedrez, enfrentándose al hambre de sus parroquianos. Con una mirada seria, y dando instrucciones en francés con voz firme, nos evocaba esos programas de tv con el chef Gordon Ramsay, y nos entregaba la reflexión que para que tu negocio prospere y sea un éxito debes estar ahí en medio, donde las papas queman, apropiándote de la actividad, delegando lo justo, porque nadie amará tu proyecto como lo harás tú.

* * *

Eventualmente viajamos a Francia, descubriendo que el Le Bistrot no tenía nada que envidiar a esas enormes cocinerías de París, y que los sabores y presentaciones, eran de nivel mundial. Y cerca de casa. Una suerte y a la vez una maldición, cuando de controlar el peso se trata...

Para terminar, los dejo con un bife, acompañado de papas preparadas en confit, acompañado de salsa roquefort y salsa pimienta, una de las carnes más maravillosas que he probado. Vayan. No se arrepentirán.




Le Bistrot, Santa Magdalena 80 - local 7 - Providencia - fono reservas: +5622321054.



1 comentario:

  1. A mi me llevaron y fue una muy buena experiencia, pues no solo por la comida si no por la compañía y la conversación.

    Un abrazo

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