sábado, 12 de abril de 2014

Dignum Est (Flashback 3: Domino's Pizza)



Un círculo. Uno mira hacia atrás y ve las cosas de otra forma.

Círculos pequeños, dentro de uno más grande. Cada detalle, cada acción, cada hacer o dejar de hacer, sumaba para el resultado dentro de la magia.

No es comer. No es alimentarse. No es subsistir.

Es empapar de historias, es capturar sueños, es deformar realidades.

Escrito el 13 de Julio de 2006:

DOMINO'S PIZZA, The 30 Minute Pepperoni

Les contare algo de este humilde servidor: durante casi diez años escribió lo que hacia cada día de su vida. Así pude revisar, y comprobar que efectivamente la primera vez que salí a comer con mi amada, fue la que les narré en mi nota anterior. No fue hasta 8 días después, el 26 de febrero del 2003, que terminamos comiendo en otro rincón, no tan glamoroso, pero no por ello menos rico...

Mi amada (que en ese momento no era mi amada), agradecida por la velada en el restaurant italiano, a los pocos días me invito a ver una película al cine. Fuimos a un mall cercano a la casa, y vimos la notable y biográfica "Catch me if you can" (lo ultimo que vi de DiCaprio). De mas esta decir que la compañía de mi amada fue siempre muy agradable y entretenida.

A la salida del cine ya era bastante tarde. Estaba oscuro y bastante fresco, por no decir frío. Para colmo, en época de vacas flacas, no había mucha locomoción asequible a la casa de mi amada (si bien no una gran distancia, no dejaba de ser), y negándome a dejarla sola, nos lanzamos a la aventura y comenzamos a caminar por unas oscuras, suficientemente seguras y arboladas calles.

A los pocos pasos, nos dimos cuenta que no estábamos preparados para el camino. Sentíamos que nos faltaba algo. Y un cartel rojo y blanco, en un local de acero celeste y policarbonato, nos dio la respuesta.

La Domino´s Pizza pertenece a ese grupo de restaurants del tipo Fast Food, que proliferaron durante la década de los 90 en Chile. Antes de eso, sólo era posible encontrar aminoradas versiones criollas de sus parientes americanos (pero mal que mal, todos dignos de ocupar algún día un espacio en esta página). Su famosa frase "A tu casa en 30 minutos o gratis", se transformó en la frase cliché de la comida a domicilio, aun cuando a la fecha no conozco persona en la faz de la tierra a la cual efectivamente no le hayan cobrado una pizza con demora...

El mercado de pizzerias ya para el 2003 era altamente competitivo, pero existía un sólo detalle que hacía a la Domino´s una alternativa más que digna: su Pepperoni. Sus pizzas no eran las más baratas, ni las mas grandes, pero la calidad de sus ingredientes eran bastante superiores al promedio de la competencia directa. Ah! eso y los palitos de ajo, que no tienen gran brillo pero son adictivos...

Entramos al local, y pedimos una exquisita y conveniente promoción de pizza 3 ingredientes y bebida. Queso en cantidad abundante, el preciado champignon, el delicado tomate y por supuesto el mítico Pepperoni, hacían un todo perfecto y completo sobre una masa tibia, de regular espesor...

Quiero ahondar sobre un tema en particular: existen varias dudas sobre cual es la mejor combinación de ingredientes sobre una pizza. Algunos teóricos postulan al respecto que versiones con jamón, aceitunas negras, cebolla o carne, pueden llegar a ser mejores, pero a mi parecer la descrita es lejos la más apetitosa para una fresca noche de febrero. El queso se derretía de forma pareja, de comienzo casi en ebullición, mientras el sabroso Pepperoni, crujiente por el calor del horno, se deslizaba por el paladar. Una delicia.

Una vez satisfechas nuestras necesidades de alimentación, emprendimos la marcha hacia la casa de mi amada. Tras mucho conversar, sobre lo humano y lo divino, llegamos a destino. Por la hora, toda su familia dormía, por lo que no convenía llegar armando mucho escándalo...

Ya harto rato después, de vuelta en mi casa, reflexionaba sobre el Pepperoni.

El mejor Pepperoni del mundo no lo comí en una Domino´s, sino en una Pizza Hut. Pero en Orlando, Florida. Me preguntaba por qué existía tanta diferencia entre el Pepperoni de distintos locales. O de distintos países. Por qué eran mejores en un lado u otro. Por qué algunos provocaban ciertas sensaciones y otros unas completamente distintas.

Quizas no era que un Pepperoni fuese mejor o peor. Esa mañana me daba cuenta que el Pepperoni era como las personas: no unos mejores que otros, sino distintos.

Y a veces, las pequeñas diferencias significan mucho :)

***

* Volvamos. Ahora, ya muchos años después, tras incontables pizzas consumidas, siento contarles que la versión con pepperoni-jamón-tomate no es la más apetitosa. Ahora ese honor se la lleva la Marinara (especialmente, una de Pisa). Pero sí el mejor pepperoni al día de hoy fué ese que probé en Orlando hace casi 20 años atrás (y que tenía algo de mentolado entre sus carnes), y siempre creeré que pocas cosas abrigan más el cuerpo que una pizza caliente en la noche.

Y definitivamente, sigo creyendo en que no existen ni pepperonis ni personas mejores que otros. Todos nos merecemos estar, soñar y disfrutar.

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