Ñoquis. Gnocchis. |
Repensando esos vetustos flashbacks, toca el turno esta vez de recargar las pastas. Ya no más Piccola Italia. Su abundancia no lograron compensar la acidez tras comerla, ni su hora felice hacer olvidar el impasse del reportaje sobre el lavado de pastas. Y si bien la idea es nombrar algunos lugares donde ir a comer ahora pastas dignas, mi verdadero consejo apuntará al qué comer cuando queremos comer pastas.
Pizza Napoli (Av. 11 de Septiembre 1945, Providencia - hay varias sucursales)
Si bien no es el mejor ejemplo de lo que deben ser unas ricas pastas (me atrevería a decir que son sólo un poco mejores que la Piccola), logra ser mencionada por un gran aporte: su salsa Diabla, en base a salsa de tomates con alcaparras, champiñones, aceitunas y mucho ají. Por un módico precio, es un manjar increíble cuando se tiene hambre y frío. Con ñoquis o spaguettis, da lo mismo, dénle una oportunidad.
Golfo di Napoli (Irarrázaval 2423 , Ñuñoa)
Una verdadera picada, de tomo y lomo, es este pequeño local, que adorna este post con sus fotos. Barato, más abundante que cualquier lugar que recuerdo, atendido por su dueño italiano, que te recibe en la puerta con una sonrisa (tras perder un poco la tuya, debido a la espera de casi 40 minutos). La carta acotada, justa, y que entrega platos enormes de ricas pastas. Las pastas son aceptables pero, si bien buenas, las recetas no eran exactamente como las originales italianas (el carbonara nadaba un poco en crema). La salsa arrabiata estaba exquisita. Hay que venir con paciencia y ganas de comer todo lo que se cruce por delante. Muy recomendable si se quiere gasta poco y comer harto.
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Los faraónicos platos del Golfo di Napoli |
Rivoli (Nueva de Lyon 77, Providencia)
El mejor dentro de lo que he probado hasta ahora en Santiago, el restaurant Rívoli tiene un nivel de calidad enorme, pero por un precio. El pan con aceite de oliva, ambos elaborados para el local, desaparece de la mesa cuando nos dejamos caer. Los antipastos discretos pero sabrosos, se han simplificado un poco (en un principio traían unas berenjenas encurtidas deliciosas). Las pastas, con recetas correctas, sabrosas y en una cantidad aceptable. Postres, rissottos, todo es bueno en este castillo italiano, bajo el ojo atento de su chef Massimo Funari. Es un restaurant imperdible, pero más caro de lo que me gustaría. Para conocer al menos una vez.
Da Noi (Avda. Italia, 1791, Ñuñoa)
Éste sí. Muchos pueden decir que desde que cambiaron los dueños ya no es lo mismo de antes, etc, pero yo al menos les digo que si hay un restaurant que balancee excelente cocina, precios, ambiente, atención, etc. es esta trattoria de la avda. Italia. Y la recomendación mandatoria: pida la Pasticiatta. Siento no tener fotos de ese plato sublime (definitivamente dentro de mis 10 favoritos de toda la vida) donde salsas rojas, pesto, crema, ajo y quesos gratinados ocultan una plato de pastas artesanales surtidas, donde se disfruta cada bocado. Iría mil veces, y seguiría llendo.
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Otros muchos que casi lograron ser mencionados: el Da Renzo, de Guardia Vieja (que no era malo, pero su lasagna medio desarmada y sosa le jugaron en contra); el Bel Paese de Apoquindo (ya no existe, y salvo un rissotto entretenido no era tan bueno y sí era super caro); el Domenica de Tobalaba (que es donde se fueron los dueños del Da Noi, pero que quizá por darle pocas oportunidades no nos ha sorprendido) y el Da Carla de MacIver (encontre rico, pero poco y caro). Me falta aun conocer el Nolita, de Isidora Goyenechea, que creo que es el único que podría estar en un nivel parecido al Rívoli (de esos buenos, pero caros).
Ahora, el verdadero consejo:
El secreto de la verdadera cocina italiana es la simplicidad. Hacer lo máximo del plato, con lo mínimo. Las preparaciones donde realmente resaltan los sabores, donde se aprecia mejor la calidad del producto y el cocinero, no son esos panzottis con rellenos complejos, o esa trilogia de pastas con tinta de calamar, tomate y espinaca. No señor. Son aquellas donde con tres o cuatro ingredientes se crea magia: con tiempos perfectos de cocción se obtiene una pasta al dente y entregando las proporciones justas de aceite, ajo, pimienta, queso, guanciale o pomodoro, entregamos al plato esa atención al detalle, ese cariño, que es el que entregan los verdaderos italianos a su comida.
Disfrute!
Rivoli... por lejos el mejor
ResponderEliminary que gran concejo que venía en el secreto.